domingo, 6 de marzo de 2011

Es irremediable, a veces somos incapaces de hablar y eso no hace sino aumentar nuestro dolor. El verdadero problema es que no conseguimos admitir nuestro fracaso, y no un fracaso concreto. Poco importa de qué tipo sea; la imposibilidad de contarlo nos impide comprenderlo de verdad, afrontarlo, resolverlo y analizarmo. Tenemos tendencia a ocultar esa incapacidad por razones más variadas y nos dedicamos a traicionar, a estar siempre rodeados de gente, a escuchar sus historias o a comprar compulsivamnete cosas inútiles. Este caos, este ruido existencial, esta forma de cerrar ojos, oídos y mente se denomina "intento de fuga" pero es difícil que se pueda seguir así eternamente, tarde o temprano la persona se derrumba..

No hay comentarios:

Publicar un comentario