Tantas diferencias. Clases
sociales. Por más que esperemos
una igualdad, nunca la habrá. Es
muy bonito pensar que sí, que
podemos pasar de ser pobres a
ricos, ya sea en dinero como en
amor. Pero no lo es. Aún recuerdo
cuando iba a tu casa, tu madre era
tan materialista que decía que no le
gustaba para
ti...Quizá no tuviese tanto dinero
como ella, pero le ganaba en corazón. Tantos
lujos, tantas cenas, veladas inolvidables que me
brindaste...Todo eso, ¿Para qué? Yo necesitaba
algo más que regalos, necesitaba detalles.
Simples y pequeños detalles que no supiste
darme. Por eso, siempre seguiré pensando, que
antes del dinero, manda el corazón.
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